La idea era aportar una solución. Pero todavía hay una parte de los conductores que se quejaron por las demoras. El complejo semaforizado que se inauguró ayer en la rotonda de avenida Belgrano y Camino del Perú dividió las opiniones de los tucumanos que circularon por esa arteria, que une Yerba Buena con la capital.
Quienes más padecieron los contratiempos por la luz roja fueron los choferes de ómnibus de la línea 130 (Tafí Viejo-Terminal). El servicio llega por Camino del Perú hasta la rotonda, pero unos 50 metros antes hay una parada para ascenso y descenso de pasajeros. Detenerse en ese sitio implica que se frena la fila de autos que viene por detrás. Con el correr de los segundos, aumenta el número de automóviles en espera, lo que hace perder la paciencia a varios conductores y empiezan los bocinazos. Ese sonido tiene un efecto contagio que se propaga entre los demás conductores y el bocinazo se instala por varios segundos, a pocos metros de la rotonda, mientras el semáforo está rojo.
“El verde dura 20 segundos y se forma una fila de tres cuadras hasta la entrada de la Expo”, se quejó Marcelo Suárez, chofer de ómnibus, mientras esperaba la luz verde, en referencia al predio de la Sociedad Rural, en Camino del Perú y Frías Silva.
José Frías Silva también cuestionó la semaforización. “Lamentablemente esto es de lo más ridículo que ha existido, porque primero hay que educar a la gente; para cruzar tuve que esperar seis luces, es una cosa de locos. La gente no sabe para qué sirve en una rotonda: antes era un desorden, ahora es peor”, remarcó.
Dijo que antes de instalar semáforos deberían haber estudiado el tema: “es mucha la presión demográfica en esta zona; creo que la solución está en habilitar calles laterales que ayuden al público a salir con total libertad. Es triste, porque en lugar de progresar nos vamos para atrás”.
La congestión vehicular depende la hora. A media mañana es caótica, pero se aplaca después del mediodía. “El semáforo está bueno, porque había muchos accidentes; ahora es más lento el tránsito, pero será así hasta que uno se acostumbre”, concluyó Rubén Paz.